Malala cuenta que en primavera había empezado a calmarse todo. Su padre estaba aprendiendo a leer y su madre en urdú y en inglés. De repente, tomando el té, vieron a dos grupos de mujeres felices inclinadas sobre sus libros. Mientras, su propio trabajo estaba un poco descuidado debido a sus viajes.
Aunque le costaba creerlo, Malka-e-Noor había sido la primera del curso anterior y había un niño, Kluss-al, que se burlaba de ella. Malala no le daba mucha importancia.
Sus amigas y ella estaban muy emocionadas porque ya habían terminado sus exámenes finales e iban a hacer la primera excursión en años.
Eva Ortillés
No hay comentarios:
Publicar un comentario