En la escuela primaria me enorgullecía de ganas, casi cada año, el premio a la primera de la clase. Pronto llegó una chica llamada Malka-e-noor que no me parecía tan inteligente como yo pero quedó primera en los premios del colegio. Cuando llegué a mi casa estallé a llorar y mi padre me consoló pero no de la manera más precisa. Después de aquel curso me esforcé mucho más
Otra de mis condiciones por estar triste era si Moniba, mi mejor amiga, estaba enfadada conmigo. Nos sentábamos juntas siempre que podíamos y nadie me hacía reír tanto como ella, Pero nos peleábamos con frecuencia, siempre por lo mismo: cuando otra niña se interponía en nuestra amistad.
¿Cómo podía ser malo un lugar en el que aprendía tanto y me reía tanto?
Tabet Laborda
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