Me recogió mi amigo
José Luis, nos fuimos a ver la ciudad y a un restaurante de cinco tenedores.
Lo que más me gustó
fueron las orillas del Danubio. Tenía un puente gigante y por debajo un lago enorme.
En un cartel muy grande ponía: no bañarse en el lago. Cuando yo estaba mirando
el lago fijamente pasó un coche, como estaba tan agarrada a la barandilla me
caí al lago de lo rápido que iba el coche. En ese momento, pasó la policía ¡qué
mala suerte!, yo intenté hacer magia con mi varita, pero se me había mojado. Entonces
José Luis cogió una cuerda y me sacó del lago. Ahí hicimos un sprint hasta el
coche. Luego acabamos en urgencias.
¡Hasta la próxima
aventura del Mago Viajero!
Celia 5º
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