Cuando cumplió 16 años fue invitada a hablar para las Naciones Unidas en Nueva York. Fue a ver a Annie Broadway. En Pakistán decían que Estados Unidos era tenebroso pero Malala no pensaba igual. durante otro viaje conoció a john Stewart, que le invitó a su programa de televisión para hablar de su libro. También conoció a Obama y a su familia.
El día del discurso en la ONU estaba nerviosa; había tenido experiencias maravillosas. Pensaba: "cómo ha cambiado mi mundo". Malala no quiere ser recordada como esa chica a la que dispararon, si no la que luchó por la libertad de la educación.
En el pasado pidió a Dios que le hiciera más alta. Él ha respondido a su plegaria. Su sueño es: Paz en cada casa, cada aldea, cada país y educación para los niños y las niñas.
Yo soy Malala. Mi mundo ha cambiado pero yo no.
Raquel Hernández Sancho
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