Un día el mago viajero decidió ir al Parque de
Yellowstone porque le habían hablado mucho de él y no lo conocía, pero
tenía un problema y es que su varita
mágica estaba rota y no lo podía transportar, así que decidió coger un avión
hasta Estados Unidos ya que allí está el parque.
Tenía muchas ganas de ver el géiser más grande del
parque, pues le habían dicho que era
enorme, pero para ir hasta allí, tenía que atravesar un largo camino. Mientras
paseaba dio una patada a una piedra, con tan mala suerte que le dio a
algo; no sabía si era un montón de nieve
o algún animal y siguió su camino. Entonces oyó un ruido y se asustó, se fue
corriendo, pero el sonido le seguía y cada vez estaba más cerca. Se volvió y entonces
vio que era un Big Foot o lo que es lo mismo un Pies Grandes. Cuando el mago
llegó al géiser le puso una trampa, pues le llevaba ventaja. El Pies Grandes
picó y cayó al géiser, entonces el mago se dio cuenta de que su varita se le
había caído al terminar de preparar la trampa y estaba a punto de caer dentro
del géiser, pero de repente, en ese
momento, brotó del géiser un chorro de agua hirviendo y muchos vapores y decidió
ir a por su varita. Cuando la cogió vio que funcionaba bien y volvía a tener poderes.
El mago al principio tuvo miedo por el Pies Grandes, pero
luego descubrió que el géiser daba fuerza y energía a su varita y pensó que
cada vez que necesitara recargarla tendría que volver, pero como no podía entrar
dos veces al mismo sitio se fue y volvió a casa.
“¡HASTA LA PRÓXIMA AVENTURA DEL MAGO VIAJERO!” David 5º
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