jueves, 22 de enero de 2015

El  viaje al monte Everest

¡Hola  amigos soy  yo, el mago viajero!
Y os voy a contar el viaje más frío de todos a los que he ido.
Era un día muy caluroso. Yo estaba en el sofá leyendo un libro y se me ocurrió la  idea de irme al monte Everest. Me fui a alquilar un helicóptero y cuando estuba en la falda de la  montaña me entró hambre,  así que comí un bocata, que era una barra de pan entera con jamón y queso.
Después llegué a mitad de las laderas y se hizo de noche, así que  acampé allí.
Era ya de día, eran las 7:00 de la mañana, y seguí mi camino, ya no podía quedarme allí otra vez a dormir. Cuando estaba muy cerca de llegar a la cima grité: ¡siiiiiiiiii! al mundo. Y entonces pum se cayó la roca en donde estaba yo y desperté al Yeti y dije: ¡oh !, ¡no!,  ¡todo menos esto!.
Así que corrí, lo malo era que escogí el camino que era todo hielo fino, y cuando me volví a mirar a atrás vi al Yeti patinando,  pero lo que no sabía es que hubiera talla de patines sobre hielo para Yetis.
El hielo se rompió al final de tantas piruetas, y yo al menos no estaba en la zona de hielo.
Yo fui a la  cima, otra vez, pensando por qué el Yeti no fue a por mí y lo supe enseguida, él sólo quería patinar. De repente,  ya no podía respirar y me desmayé. Por suerte venía un grupo de alpinistas y me salvaron la vida.
Yo se lo tenía que agradecer,  y  no sabía cómo, así que les pregunté  y ellos sólo querían un pelo del Yeti. Vi en mi chaqueta que tenía pelo de Yeti y les di un pelo a cada uno y yo me quedé uno de recuerdo.
¡Casi me muero si no hubiera sido por ellos! Esos días aprendí una valiosa lección que fue: nunca vayas de viaje a un lugar que no tenga aire para respirar.
Bueno,  aquí se acaba mi historia,  pero os contaré más historias.      ¡Hasta la próxima de mis aventuras!

Adiós                                                         Angela 5º

No hay comentarios:

Publicar un comentario